Ciudad de México, 23 de abril de 2020

Queridos hermanos:

Este es un tiempo en el que nuestra rutina diaria ha sido detenida temporalmente, causando en algunas personas incertidumbre, confusión, tristeza, y desesperanza. En cambio, en otras personas ha provocado la inquietud apostólica de cómo seguir sirviendo, cómo seguir acompañando a ese pequeño rebañito que el Señor nos ha asignado, ya sea una persona para discipulado, una pequeña comunidad, una manzana que visitar, un subsector o un sector.

ES IMPORTANTE QUE APROVECHEMOS ESTE TIEMPO. Los griegos llamaban kairos a un periodo de tiempo oportuno o propicio, diferenciándolo del cronos, que era solo el transcurrir del tiempo, el paso de las horas y los días. Para el cristianismo el kairos se ha identificado como el tiempo oportuno en el que Dios interviene y en que el hombre debe responder viviendo con plenitud y apertura. Por ello los estamos invitado a pasar de vivir un simple cronos a un kairos. Es decir, a vivir este tiempo, no con resignación, sino aprovechándolo como un tiempo de gracia, manteniendo un ardor misionero.

Tú, como persona que has tenido un encuentro vivo con Jesús y que has recibido un llamado para servirle como responsable de un pequeñito rebaño, debes descubrir en éste kairos, nuevas formas de misión para seguir realizando esa tarea tan importante y valiosa del acompañamiento. No podemos encerrarnos en esquemas o estrategias que son propias en circunstancias normales, como el visiteo integral permanente, pero que en las actuales circunstancias requiere de nuevas estrategias. Recuerda que la nueva evangelización es nueva en su ardor, en sus expresiones y en sus métodos. Por eso te proponemos estas estrategias para seguir desempeñando tu vida de santidad, comunión y misión, en este tiempo de Pandemia. No debes olvidar que cada situación que vivimos, a la luz del Espíritu Santo, es una OPORTUNIDAD de crecer y madurar en todos los aspectos de la vida: espiritual, familiar, eclesial y social.

Actualmente los medios de comunicación ofrecen mil y una formas para seguir formándose en la fe, aprovechémoslos.

En el aspecto personal

• Presenciar la misa diario
• Orar sin cesar y de manera más profunda. Podrás una media hora de cantos, de silencio y de diálogo con cada Persona divina.
• Rezar la Liturgia de la Horas
• Leer y meditar la Palabra. Al menos unos veinte minutos diarios. Este es el mejor tiempo para la lectura personal de la Palabra. Hacer Lectio divina (lectura, meditación, oración, contemplación).
• Descubrir a través de la oración y la lectura de la Palabra aquellas palabras o acciones que debo cultivar en mí para poder ser instrumento de paz, consuelo y soporte para los hermanos que Dios me ha encomendado y para mi familia.
• Practicar una devoción mariana: el Rosario, Regina coeli, Ave Marías durante el día, oraciones y jaculatorias a la Virgen.
• Leer libros espirituales o escuchar temas de sacerdotes y Obispos en internet.
• Ofrecer ayunos y pequeños sacrificios por las necesidades personales y familiares, por las propias y las de las ovejitas a mi cargo.
• Reflexionar sobre aquéllas situaciones en las que siento que le he fallado a Dios o a mis hermanos, meditando también, el cómo superarlas. Pedir perdón por los pecados personales y del mundo. Rezar el Yo pecador, el Acto de contrición.
• Mirar películas o series edificantes.
• Evita dedicar mucho tiempo a la excesiva información de la Pandemia y al reenvío de mensajes y videos que pueden causar una saturación mental. Designa un tiempo límite diario para ello. Hay mensajes muy buenos, pero la excesiva cantidad impide una buena reflexión de cada uno; es necesario, el tiempo de reflexión. No estás obligado a ver todo o a leer todo

Te recomendamos

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* Pronto iremos subiendo información y formación en estos sitios.

En el aspecto misionero

• Acompañar de la manera más cercana posible, a través de los medios de comunicación a los hermanos de las pequeñas comunidades, a las familias de la manzana o del sector… o a quienes el Señor ponga en tu camino.
• Tener contacto o reuniones virtuales con los hermanos del sector o de las comunidades, a través de los diferentes medios de comunicación: teléfono, celular, correo electrónico, redes sociales (Facebook, Twitter, WhatsApp, Messenger, Hangouts de Google, Zoom, Skype, etc.).
• Si es posible, hacer un grupo de WhatsApp para estar en contacto de manera constante con los hermanos del sector y de las pequeñas comunidades.
• No sólo reenvíes mensajes, imágenes o videos, también envía saludos personales, haciéndoles sentir la cercanía de Dios y de la Iglesia, a través tuyo, compartiendo la vida, sentimientos, situaciones, etc. Sugiéreles ideas para la evangelización de las familias y/o acciones que ayuden al crecimiento espiritual de los ya evangelizados.
• Estar al tanto, en la medida de lo posible de cómo están viviendo esta situación, para poder ser instrumento de paz y de consuelo.
• Dialoga con los animadores de las comunidades de forma periódica para conocer la salud espiritual y física de los miembros de las pequeñas comunidades.
• Ponte de acuerdo con los hermanos del sector y de las pequeñas comunidades para orar juntos o en un mismo horario diariamente. Mt 18,19-20;  2 Cro 7,15-16
• Sé puente entre la parroquia y las familias para mantenerlos informados y animarlos a vivir la fe y las acciones que proponga la Iglesia.
• Motiva a las personas para que continúen su formación permanente: lean, escuchen temas, hagan cursos en línea, etc.
• Si eres discipulador, mantén contacto con la persona que discípulas y en la medida de lo posible, dialoguen a través de los medios; siempre con prudencia y reuniendo la condición de total privacidad y sigilo.
• Ayudarles a vivir y actuar de manera responsable, en lo civil, este tiempo difícil.
• Animar a vivir la solidaridad, entre vecinos y con la parroquia, ya que en este tiempo surgirán muchas necesidades (psicológicas, económicas y de salud).
• Estar en contacto y al pendiente, con los hermanos en riesgo, por padecer ellos o sus familiares problemas de salud o personas de edad avanzada.
• Ayudar a crear en las personas la conciencia de la importancia del aislamiento físico temporal, no solo por el bien personal, sino también del pecado social que al no cuidarse ellos, afectan su salud y la salud de los demás.

En el aspecto Familiar

• Convivir con tu familia dando testimonio verdadero de la transformación que Dios ha ido realizando en ti.
• Amar hoy a los que están cerca de ti. Hacerles sentir la alegría de poder tenerlos un poco más de tiempo que el habitual.
• Ser fuente de vida para la familia dando testimonio de vivir la fe, la esperanza y la caridad.
• Buscar momentos para orar en familia, (siendo prudentes, pues esto depende de su apertura y disponibilidad) al menos, hacerlo en la hora de los alimentos.
• Hacer actividades recreativas y/o evangelizadoras con mi familia.

Queridos hermanos, todo esto es una guía amplia y quizá no podrán realizar todas estas acciones, pero lo más que puedan poner en práctica, será para Gloria de Dios.

¡Remen mar adentro! y en la medida de lo posible, aprendan a usar los medios electrónicos. ¡Atrévanse!

Creemos que el Espíritu Santo inspira estas acciones para seguir en estado permanente de misión, porque la misión no se detiene; cambian las situaciones, pero la misión es la misma en cualquier circunstancia: “Vayan por todo el mundo y proclamen la Buena Nueva”. Mc 16,15

El aislamiento físico no implica lejanía. Dios está muy cercano con su amor y ternura, y quiere que nosotros seamos instrumentos suyos de esa cercanía, de ese amor y de esa ternura. No nos ha dejado de llamar, la vocación sigue.

Que nuestro Señor Jesucristo les bendiga y la Virgen de Guadalupe les proteja y acompañe en este kairos (tiempo de gracia, propicio y oportuno de Dios).

Afectuosamente en Cristo, Equipo SINE Central